Han pasado pocas semanas desde el domingo 23 de Junio, el día en que Falco ha dejado este plano de existencia en el momento en que en Damanhur se estaba celebrando el Solsticio de verano.
El domingo siguiente se ha realizado el Rito de las cenizas en el Templo Abierto en Damjl. Han venido a saludarlo no solo sus hijos espirituales sino también muchos amigos de distinta procedencia, que se han unidos en torno a su recuerdo.
Ahora estamos en el periodo de los setenta días después de su muerte en los quales, según la tradición damanhuriana, se produce la separación definitiva del difunto del mundo material, en su viaje hacia el Más Allá.
¡Quién sabe cómo pasará Falco estos días, y si de verdad le son necesarios para habituarse a su nuevo estado!
Para los damanhurianos será un periodo de reflexión sobre el futuro que nos espera sin su constante presencia física, y de exploración de su proximidad en otras formas.
Será una reflexión realizada a través de la acción práctica de cada día, porque es a través del hacer juntos que se elabora el pensamiento y se celebran los valores, con la sonrisa y el optimismo con los que estamos acostumbrados a hacer frente incluso en las situaciones más difíciles.
Serán meses intensos de intercambio y obras colectivas, de arte en los Templos de la Humanidad y en los núcleos comunidad, de compartir y de amistad renovada entre todos.
A final de los setenta días – que quizás serán más importantes para nosotros que para él – nos encontraremos en el periodo de pasaje entre Agosto y Septiembre: el momento de la Foto del Popolo Spirituale y del Año Nuevo damanhuriano con el Falco Estelar. Entonces todos juntos otra vez, para un nuevo Inicio.
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