Arte sagrado en el templo de la Humanidad

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Oct 17, 17

ARTE Y CREATIVIDAD

El arte sagrado en los Templos de la Humanidad tiene la función de crear un puente entre nuestro plano material y las dimensiones sutiles de lo existente a través de un lenguaje que permite establecer un contacto con las fuerzas que habitan el ecosistema espiritual en el que estamos sumergidos.

El arte sagrado expresa, por lo tanto, una riqueza artística en la que las pinturas, los mosaicos, las vidrieras y las esculturas, además de la danza, la música y el teatro, no son solo meros embellecimientos estéticos o recreaciones, sino verdaderos códigos de comunicación que se encuentran en lo profundo de nuestro corazón, a la búsqueda de esas primarias señales universales, con las que el hombre comenzó a relacionarse con lo invisible.

La lengua sagrada está en la base de toda expresión del arte sagrado en Damanhur, porque expresa conceptos arquetípicos e infunde sentido a cada detalle a través de la palabra, los signos gráficos y el gesto de la danza. Lo intrincado de las señales de la lengua sagrada en los templos crea mandalas, símbolos espirituales apreciados por el arte sagrado hinduista y budista, que contienen plegarias e informaciones relativas a la sala en las que se encuentran.

Los Templos de la Humanidad pueden ser leídos como un gran libro de conocimiento tridimensional, accesible a todos los los que conozcan los códigos de lectura: los símbolos de la lengua sagrada.

La activación energética de la sala está ligada a la emoción que el arte sagrado suscita en cada ser humano: también en aquellos que no creen en una dimensión transcendental de la vida y que se conmueven por la belleza y la energía particular de muchos templos del pasado y del presente. Porque el arte es un lenguaje universal que hace vibrar la chispa divina contenida en cada ser humano y nos hace sentirnos conectados con algo más grande, con una «inmensidad» que el arte sagrado llama. Y es por esto que en latín, templum, significaba originalmente «espacio sagrado destinado a la contemplación del cosmos y al contacto con sus fuerzas».

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