Después de Falco Tarassaco

Feb 06, 18 Después de Falco Tarassaco

VISIÓN ESPIRITUAL

 

 

 

Muchas personas nos preguntan cuál es la fórmula que hace que Damanhur exista y siga incluso creciendo después de la muerte de Falco Tarassaco, fundador y guía espiritual de Damanhur, dado el alto porcentaje de comunidades que no sobreviven  a la partida de sus inspiradores.

A pesar de su carisma, Falco en vida no nunca quiso asumir el papel de «guru» del que dependieran todas las decisiones, por eso tras su muerte no ha cambiado nada en el sistema de toma de decisiones, de gestión y organizativo damanhuriano. Por otra parte, su presencia  no ha dejado de existir desde el 2013, año en que  dejó el cuerpo, pues la muerte no representa el fin de nuestra  existencia, sino solo un paso a otras dimensiones.

Esto es válido para todos los difuntos en Damanhur: cada mes se celebra en los Templos de la Humanidad un momento dedicado al contacto con la dimensión del Umbral donde las almas de los difuntos  permanecen hasta la próxima encarnación. En estos contactos es posible sentir cuan sutil es la distancia que nos separa de ellos y percibir sus mensajes, a menudo colmados de alegría y optimismo.

La mayor preocupación de Falco al irse de este plano de realidad era que perdiésemos la conexión con la dimensión mágica de lo existente, por lo que nos ha exhortado hasta el último de sus días a creer en nuestro potencial, en la fuerza que mana del amor que nos une y al Sueño que solo podemos realizar si estamos unidos y cohesionados.

Para recordarnos todo esto dejó cartas a un  «cartera» especial, a la que encargó entregar las misivas y leerlas pasado un tiempo de su  partida: son cartas llenas de magia, esperanza, sincronicidad, amor y humorismo… ¡En ocasiones nostálgicas, y sin embargo sin perder el brío usual con  el que siempre nos estimulaba para alcanzar los resultados previstos!

Hay cartas y  deferencias para todos, que llenan el corazón de ternura porque ha pensado en todos, incluso en los momentos más difíciles de su enfermedad, y no ha escatimado sus fuerzas para dejar un pensamiento, una palabra, un regalo a cada uno.

Falco ha sido, es más, una figura extraordinaria en la vida de todos nosotros. Quien no lo ha conocido en persona ha podido encontrarlo en los sueños. En la cultura milenaria de los pueblos antiguos, los sueños son un canal privilegiado para intercambiar informaciones y experiencias entre este plano de realidad y las dimensiones sutiles de lo existente; no es difícil sintonizarse con las frecuencias justas si el deseo es  grande. El puente entre estas dos orillas, nuestra dimensión y la de los sueños, es fuerte, y como han hecho desde siempre los pueblos nativos con sus antepasados, los damanhurianos pueden mantener la conexión con sus difuntos. No para quedarse  aferrados al pasado, sino para saber renovarse estando en contacto con sus propias raíces.

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