Los Templos subterráneos de la Humanidad – Primer Encuentro

Mar 10, 18 Los Templos subterráneos de la Humanidad – Primer Encuentro

VISIÓN ESPIRITUAL

 

 

Tras casi un mes de estancia en Damanhur, finalmente voy a los templos subterráneos. Cuando salgo de allí mi cabeza está prácticamente vacía durante un rato. ¿Cómo puedo puedo intentar describir la experiencia con palabras? No hay palabras para un lugar así. Bueno, en realidad tengo dos:  ¡Debes ir!

Aparte de esto, si quieres hacerte una idea de los templos, es mejor tener un contacto visual. Puedes navegar por la página web de Damanhur y hacer un recorrido virtual. O conectar con «Sueños de Damanhur» de Keith Busha (también a través de la página web de Damanhur). Este es el DVD que me inspiró en un principio a venir aquí y que captura la esencia de los Templos mucho mejor que unas palabras escritas en una página en blanco. No voy a centrarme mucho en descripciones generales de los Templos, solo en los aspectos que me conmovieron.

Cuando entro en los Templos de la Humanidad siento un sobrecogimiento que disipa las palabras en mi cabeza. Mi cráneo se convierte en un contenedor vacío para vastas y penetrantes imágenes. Considero al alma de Miguel Angel de nuevo en la tierra, que se divide en un grupo de personas dedicadas a crear este milagro de espíritu, arte y pasión.

Pero no solo esto, además hacerlo bajo tierra, cavar la roca sólida e inicialmente en secreto. Después de todo, fue Miguel Ángel quien dijo que esculpir era un acto de liberación de un ángel del interior de un bloque de piedra. Y cuando miro los intrincados techos con vidrieras en forma de mandala, lo que resuena es la Capilla Sixtina (no tanto por similitud, sino por el esfuerzo y la belleza). Seguramente estoy mirando hacia un lugar que alcanza los cielos. Pero espera, todavía no estamos tocando el cielo. Estamos bajo tierra y la vidriera del techo está iluminado por luces subterráneas. Esto en sí mismo convierte mi experiencia de tiempo y de espacio. Tengo la sensación de estar “tanto arriba como abajo” en el mismo momento.

Todos los templos parecen mezclarse en mi memoria haciendo una difícil y precisa descripción. La Sala de la Tierra, la Sala de los Metales, la Sala del Agua, la Sala de las Esferas, la Sala de los Espejos. Cada una tiene su propio mensaje y presencia (y uno podría aventurarse a decir… su propia “entidad”). Muchos de los suelos están embellecidos con mosaicos y los techos con vidrieras de colores.

Las paredes de algunos templos están cubiertas con pinturas de paisajes, estaciones, elementos y etapas de la especie humana, tanto individualmente (desde la niñez hasta la vejez) como colectivamente (evolutiva e históricamente). Hay pinturas de ciudadanos de Damanhur, y según miro a mi alrededor reconozco algunos de ellos. Está Salamandra, por ejemplo representada como una sabia anciana dando consejo a otro grupo.

El diente de león es la flor de Damanhur (si, la que consideramos como una mala hierba). Y en distintos lugares veo mosaicos pintados de dientes de león en sus diferentes etapas de crecimiento: la hoja, el brote, la flor y finalmente la pelusa que libera las semillas.

Hay también unas puertas con vidrieras en las cuatro esquinas de uno de los templos, que representan los elementos fuego, tierra, aire y agua. En realidad, son como armarios, iluminados desde el interior, cada uno con un altar. También hay vidrieras similares que contienen distintos altares en algunos de los otros templos. Y si mal no recuerdo, al menos uno de ellos alberga una puerta secreta. Entre muchas puertas secretas, paredes aparentemente sin puerta se abren cuando presionas el lugar correcto.

También hay un sonido continuo que viene de algún lugar dentro de las paredes a nuestro alrededor. No es un minotauro hambriento, en el centro del laberinto, que espera engullirnos. Es la constante música de los Templos, dice Ornitorinco, nuestra amable guía. Es el sonido de una maquinaria, quizás una taladro o una sierra, de la creación siempre en proceso.

Incluso nos encontramos con una mujer pintando imágenes en un espacio blanco en la pared de uno de los Templos cuando pasamos.

Uno de mis templos favoritos es el Templo Azul. Es pequeño y redondo con una esfera de cristal de agua azul en el altar. Hay también un hermoso mosaico en el suelo, que representa a la carta del tarot la Estrella. He de decir que la Estrella es mi carta del tarot favorita. Es mi carta guía. Y, curiosamente, este mosaico de la diosa estrella es muy similar a algunas versiones de ella pintadas por mi. Ella tiene una mano hacia arriba tomando el agua de los cielos y la otra vertiéndola sobre la tierra.

Ornitorinco nos dice que si nos ponemos justo sobre el corazón de la dama estrella y hablamos, escucharemos el eco de nuestras voces. Es el único lugar en esta habitación donde se puede hacer esto. Me coloco en el centro del torso de la diosa estrella y recito: desde el corazón de la Estrella, escucho el eco de mi alma. Y por increíble que suene, mi propia voz, más pequeña y extrañamente incorpórea, me habla. No me preguntéis cómo lo hacen.

No voy a romper la magia haciendo tantas preguntas.

Lo siguiente que sé es que parte de la diosa estrella se está moviendo. Una pequeña trampilla se abre y descendemos por las escaleras hacia lugares más profundos. Recuerdo, siendo niña, cómo amaba las casas divertidas o fantasmales, como algunas veces las llamábamos. Me encantaban sus laberintos serpenteantes y sombríos que se abrían en varias habitaciones y que ofrecían misteriosas imágenes y arquetipos. Y ahora estoy caminando a través de estrechos pasillos pintados con figuras egipcias. Veo puertas que emergen de las paredes y deslizarse trampillas a otras habitaciones. Entro en una habitación tras otra, llenas de imágenes imposibles de asimilar de una vez. Así que respiro y las absorbo conforme voy andando.

Mi siguiente Templo favorito es la Sala del Agua. Es el Templo “de la vida, muerte, sueños, conocimiento y memoria”. Un mosaico con un delfín me recuerda uno que vi en la Casa de los Delfines de la isla de Delos en Grecia, hace muchos años. Ese mosaico, que ha sido destruido parcialmente, por el paso del tiempo, me hizo llorar. Sentí una extraña sensación de tristeza por algo que se había perdido.

Ahora, al estar aquí, entiendo que lo que se perdió se ha encontrado. Un destello de luz de reconocimiento a Delos se ha convertido en un océano. Aquí no estoy aprendiendo cosas que son nuevas. No, la belleza está en el profundo reconocimiento que siento, el sentido de tantas cosas y caminos que he amado en mi vida convergiendo en uno solo. Y no es solo en los Templos, sino en Damanhur en general. Los Templos solo reafirman este sentimiento, así como indagan en los misteriosos interiores del ser.

La Sala del Agua tiene una forma cilíndrica. Sus paredes, pintadas con un fondo blanco, albergan diseños de espirales, líneas, geometrías, serpientes, círculos y lengua sacra, todo realizado por Falco. También hay nombres de distintas divinidades de varias religiones y mitologías. Estos dibujos y palabras tienen la intención de evocar recuerdos antiguos y conocimientos, a la vez de ser una biblioteca sagrada.

En esta sala, hay una esfera llena con un líquido azul. Y otra con un líquido claro con una vela roja parpadeando detrás. Esta llama, aparentemente, se mantiene siempre encendida. Ornitorrinco pasa sus manos por un círculo de campanillas de viento colgantes y crea una espiral de sonido justo antes de irnos.

Cuando llegamos a un conjunto de corredores, llamado el Laberinto, mi alma amante de la mitología se extasía. Aquí hay paredes y paredes de vidrieras, como ventanas iluminadas desde el interior. Cada ventana representa a una deidad mitológica mayor desde cada uno de los lugares del mundo. Las principales religiones están también incluidas. Mientras crecía, recuerdo observar las ventanas de vidrio pintadas con colores durante la misa católica. Ahora tengo el placer de mirar las ventanas de algunos de mis seres sagrados favoritos: Pan, Persefone, Ganesha, Bastet, Amaterasu, Pelé, entre muchos otros.

La Sala de las Esferas es también interesante. Es pequeña, rectangular, con esferas llenas de líquidos, alineadas y enmarcadas en espacios creados separadamente. Están, aparentemente, rellenas de líquidos alquímicos. Adoro el color de esta sala, la profundidad, el mármol rojo, el techo, que está pintado en pan de oro. Me recuerda al palacio de Minos en Creta, al menos como lo recuerdo hace años.

Entonces, está el último templo: La Sala de los Espejos. No recuerdo los detalles de esta sala, únicamente, que las paredes son grandes espejos, así como el techo. La iluminación es tenue y hay gongs de distintos tamaños que alinean el perímetro de la sala. Sentados en sillas en el centro, escuchamos como Ornitorrinco toca cada gong y crea un sonido profundo que resuena por todo el Templo. Esta Sala “celebra el despertar del ser humano completo”, dice Esperide Ananas en «Damanhur: Los Templos de la Humanidad», un hermoso y pintoresco libro que consulto después de mi visita. “Un antiguo mito, querido por la tradición damanhuriana, describe a la divinidad como un espejo que debe romperse en infinitos fragmentos para poder entrar en el mundo de la materia … Vernos a nosotros mismos reflejados aquí, nos recuerda nuestro origen divino.»

¿Qué puedo decir? Esto, más o menos, lo resume todo. Al menos, para mí, nunca había tenido una experiencia así, muchos fragmentos de mí misma se vieron reflejados en mí. Pienso en la energía, a menudo ansiosa e inquieta, que sentía antes de venir aquí, como si mi propia frecuencia estuviese desplazada. Ahora siento que mi frecuencia armonizada y reforzada. La ansiedad ha cambiado de nivel, se ha centrado y recargado.

Cuando les pregunté a algunas personas de aquí si les importa trabajar tanto, me han contestado que sienten mucha energía precisamente por estar aquí. No están trabajando largas jornadas en un trabajo poco satisfactorio para tener un medio de vida por lo que pueden realizar otras actividades. Parecen amar lo que hacen y para lo que están trabajando. Están conectados a un propósito mucho mayor, a una resonancia mórfica, a una entidad global en crecimiento que los Templos, por si mismos, concentran y expresan.

Cuando finalmente dejo los Templos, mis pensamientos eran tranquilos y en calma. Estoy saboreando la fragancia de la misteriosa profundidad de la rosa. También me siento con más confianza en mis propios dones creativos. Estas personas están haciendo cosas increíbles aquí. Y ahora, estoy montada en la ola con ellos. Tengo fe en que hay un lugar para mí, para mi contribución, ya sea aquí o en algún lugar en el mundo. Mi guía, la diosa Estrella se mueve conmigo más allá de las paredes del Templo y vuelve al mundo superior.

Ann Marie Molnar

 

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