Los árboles, aliados y amigos

Caminando en el Bosque
En el Bosque Sagrado de Damanhur se puede caminar sin miedo al lobo feroz: ¡incluso la oscuridad, aquí, es un amiga! El bosque es un lugar sagrado, siempre.
De hecho, todas las tradiciones del mundo, de todos los continentes y épocas, relatan historias de plantas que hablan, de jardines que albergan árboles del conocimiento, de vidas vegetales, humanas y divinas entrelazadas por el destino. Cuentan de árboles que conectan a la humanidad con el universo y dicen que estas criaturas señalan un camino a través del cual la conciencia divina puede descender a la forma y, los seres humanos, alcanzar a los dioses.
Hoy, en la cultura dominante, ya no podemos reconocernos uno con el ecosistema en el que vivimos y hemos perdido la comprensión de cómo la vida de los árboles se une a la nuestra. Estamos en medio de una crisis a nivel planetario. ¿Lograremos salir de ahí?
El susurro de los árboles
En Damanhur estamos convencidos de que sí. También creemos que solo una alianza creativa entre todas las especies de la tierra puede permitirnos encontrar una solución. Si nos conectamos a la vida del planeta y dejamos de pensar en que somos la única especie que piensa y que siente emociones, podemos percibir la inspiración para afrontar cualquier emergencia: ya sea tanto para recuperar la conciencia de nuestros valores más profundos, como para evitar los desastres que se producen cuando la naturaleza se expresa con fuerza.
Si escuchamos el susurro de los árboles, uniendo el sueño a las acciones, también podríamos encontrar soluciones a los desastres ambientales cada vez más frecuentes y atemorizadoras, que aún la ciencia y la tecnología no pueden prevenir ni evitar. Como todos los pueblos nativos, ¡aunque los damanhurianos no lo seamos!, creemos que los árboles son antenas vivas que conectan nuestro planeta con el cosmos y que de ellos podemos obtener información, señales, ideas en esta dirección.
En contacto con un roble sabio.
Nosotros lo probamos ya. El ecosistema energético y espiritual del Bosque Sagrado crea una especial «burbuja» de paz, en la que se puede percibir el ritmo lento, vital y alegre del mundo vegetal. En este contexto, es fácil entrar en contacto con nuestros sentidos más profundos, los del alma, para encontrar respuestas fuera de los esquemas habituales y dejar emerger nuevas sensaciones, intuiciones y talentos que se traduzcan en poesía, belleza, música e información.
El árbol-guardián del Bosque Sagrado es un roble llamado Diamantel que está en el centro de una espiral de piedra azul. Con unos simples ejercicios de preparación y recorriendo lentamente el camino hasta él, se puede entrar en contacto con su esencia y escuchar historias antiguas de los árboles, que dan muchas sugerencias sobre como escribir historias modernas de los hombres.
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