¿Qué queda hoy de Falco en Damanhur?

Ene 11, 19 ¿Qué queda hoy de Falco en Damanhur?

VISIÓN ESPIRITUAL

 

 

Cada vez más a menudo llegan visitantes a Damanhur que no han oído hablar de Falco Tarassaco fundador y guía espiritual de Damanhur. Esto pasaba también antes de su muerte: A Falco no le gustaba ser evidente, rechazaba la popularidad que podría haber tenido si hubiese jugado a “hacer el gurú”, y deseaba al contrario que fuese Damanhur lo que interesara a las personas. Las personas que visitaban Damanhur, sin embargo, entraban siempre en contacto con él, tanto porque se lo encontraba frecuentemente mientras paseaba por Damjl o por Damanhur Crea,  Falco amaba o le gustaba hablar con las personas siempre caminando, prácticamente se sentaba solo durante los encuentros públicos, o tanto porque cada semana animaba dos momentos de narrar, confrontar y  estudio con ciudadanos damanhurianos y huéspedes.
Hoy todo esto no es posible y el contacto con el fundador y guía espiritual de Damanhur se hace indirectamente a través de las palabras de sus alumnos (incluso entre estos, hay cada vez más personas que nunca pudieron conocerlo en persona)

Las plantas nos enseñan
A veces, los huéspedes nos preguntan: ¿que queda hoy de Falco en Damanhur?
Es una pregunta ciertamente desafiante! La respuesta por un lado es simple: muchísimas cosas.
Del otro es complicada de dar, porque mientras tanto Damanhur, por propia naturaleza, y segundo por las enseñanzas de Falco, cambia, se transforma, asume caras nuevas y se desarrolla nuevas lógicas que no eran imaginables hace cinco años.

A veces oímos decir que Damanhur ha vivido durante cinco años en la fase posterior a Falco. En realidad, no existe un después de Falco, como si estuviera en el pasado, la comunidad y sus emanaciones estaban destinadas a vivir la fase final de un sueño interrumpido. Al contrario: por muchos aspectos, Damanhur empieza ahora.

La Damanhur central, en Italia, tiene un extenso bosque de castaños, el Templo Bosque sagrado. El castaño es una planta que crece en tocones, de los que se desarrollan varios árboles y que echan, cada primavera nuevos retoños, destinados a convertirse en árboles a su vez. Damanhur en este momento es como un gran tocón de castaño como en el que se ha secado el primer árbol, y los demás continúan creciendo y proyectándose hacia el cielo. Una vez más, nuestras amigas lloradas saben darnos un ejemplo de vitalidad en el que inspirarnos.

Quien viene a Damanhur hoy encuentra muchas cosas que en los últimos años se han transformado, en parte siguiendo las indicaciones que Falco mismo nos ha dejado, en parte completamente nuevas.

Si es verdad que la validez de un educador se ve en la autonomía que ha sabido enseñar a sus alumnos, Falco era realmente bueno. Y generoso, habiendo creado un mundo que sabe sobrevivirle. Esto es uno de los puntos centrales de sus enseñanzas: ningún mensaje, ninguna realización, ninguna guía espiritual puede condicionar el futuro de quien vendrá después. Hay principios a respetar, valores que defender, tradiciones por las que  mantener continuidad con las raíces del proyecto, pero hay que hacerlo expresando el talento de cada uno y creando espacios para sus aspiraciones.
En Damanhur, hay hoy algunas cosas que no estaban ayer: el impulso a crear comunidad e iniciativas en el extranjero, la reorganización de numerosas actividades, el desarrollo de la colaboración con muchos pueblos y con sus chamanes. Se trata de cosas por las que Falco ha creado espacios y motivaciones, que los damanhurianos han sabido interpretar. En esto hay muchísimo de él.

Una meditación sobre la generosidad
Esta es  también una meditación muy instructiva que cada un de nosotros puede hacer. En nuestro entorno de trabajo, entre nuestros amigos, en la asociaciones en las cuales hacemos voluntariado, en los círculos artísticos que frecuentamos y así sucesivamente, ¿cuántas cosas hemos sabido crear que funcionen también cuando nosotros no estamos?, cuántas cosas hemos creado que dependen de nosotros y que los otros no pueden desarrollar?
La respuesta que nos damos nos dice cuán generosos somos. La generosidad no consiste solo en el dar mucho a  los otros sino también en hacerlo de forma que los otros no dependan más de nosotros.

 

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