Me despierto y sueño

Ene 28, 19 Me despierto y sueño

VISIÓN ESPIRITUAL

 

Hablando de sueños, a menudo encontramos el concepto de «sueño lúcido», que representa el nivel en el que nosotros podemos participar activamente en el sueño en lugar de limitarnos a ser espectadores. Nuestro objetivo hablando de sueños, no debería ser simplemente el de comprender el significado sino  incluso el de conducirlos; o mejor, aún sería tener el objetivo de conducir nuestro comportamiento en el interior del sueño que se está desarrollando, un poco como guiamos nuestra vida durante el día. El sueño en el que soy consciente de lo que ocurre y puedo elegir mis acciones es el sueño lúcido.

Como sucede a menudo por la actividad del ser humano que son hoy consideradas “límite”, el mundo onírico ha estado muy presente en las culturas de pueblos del pasado. Los soñadores más atentos de los que hemos llegado a conocer,  son probablemente los toltecas, una población mexicana que tuvo su mayor esplendor en el periodo correspondiente a la Baja Edad Media europea,  afirmaban que “quien no sueña y no recuerda los propios sueños es un hombre muerto; hombre vivo es quien sueña y recuerda sus propios sueños”.

Hoy el sueño lúcido  es objeto de estudio en numerosas universidades del mundo pero en realidad fue solo después de la segunda guerra mundial que comenzó a ser investigado con la atención adecuada, y  ha permitido confirmar lo que los toltecas, pero también los senoi, los griegos, los tibetanos, habían ya afirmado muchos siglos atrás.

 

Soñar en dos fases

Los sueños que una persona vive durante la noche, suponiendo que no sufra de desordenes particulares del sueño y pueda dormir entre seis/siete horas, se dividen aproximadamente en dos fases. En una primera parte de la noche, hay sueños que vuelven a trabajar lo que hemos vivido durante el día: reelaborar, “digerir”, colocar en nuestra experiencia lo que hemos experimentado cuando estamos despiertos. Son los sueños de los que mayormente es posible la interpretación porque hacen referencia a símbolos y emociones que se refieren a la vida de la persona. Son los sueños conectados al inconsciente.

En una segunda fase del sueño, comienzan los sueños mucho más profundos, que nos proyectan en una dimensión mas autónoma, que no dependen de esa vigilia pero que naturalmente tiene muchas conexiones con ella. Es la verdadera dimensión onírica, que tiene sus propias reglas, y en las que podemos aprender a participar conscientemente.

Un sueño lúcido

Para hacerlo, lo que se necesita de antemano es haber dormido un poco, de forma que permita a nuestro inconsciente procesar todos los eventos de la vigilia y de aquietarse como quieto está el cuerpo. No por casualidad, la función de la primera fase del sueño es precisamente la reorganización, sin la que no se puede acceder a la segunda.

En este punto, es necesario literalmente despertarse del sueño. En otras palabras, ocurre al inicio o a un cierto punto del sueño despertar nuestra conciencia y luego elegir como comportarse dentro de la historia que estamos afrontando. Todos han notado ocasionalmente durante el sueño, que se trata solo de un sueño, que estamos viviendo una situación “imaginaria” , que la conciencia se encuentra a un paso de despertarse y ser consciente. No estamos aún en el interior de un sueño lúcido pero bastaría un pequeño esfuerzo, un «click» de nuestra mente para entrar.

¿Yo también puedo hacerlo?

Hay personas que tienen una predisposición natural para el sueño lúcido, hay métodos para inducirlo artificialmente, en laboratorio, pero sobre todo es posible entrenarse y aprender a hacerlo, tal como enseñan en los cursos de los Senderos del Sueño de la Universidad de Damanhur.

Una vez que estemos despiertos dentro de un sueño que, en ese punto es “lúcido” nos comportamos como en la vida diurna, pero con algunas grandes diferencias: en primer lugar, al ser una dimensión diferente tenemos la posibilidad para expresar un personaje, en forma de pensar y de emocionarse diferente al de la vigilia. Por tanto, incluso siendo profundamente nosotros mismos, podemos ser personas diferentes, experimentando así partes de nosotros que normalmente no conocemos bien. Y luego… y luego muchas otras cosas son posibles.

Pero ahora te toca a ti. ¿Recuerdas tus sueños? ¿Qué has soñado esta noche? ¿Qué deseas soñar la próxima? Y sobre todo: ¿Alguna vez has pensado que esto puede depender de ti? Nos gustaría que compartas  con nosotros en los comentarios a continuación.

 

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