Encontrar, no solo buscar

VISIÓN ESPIRITUAL
La filosofía de Falco Tarassaco podría resumirse en una afirmación que a menudo él repetía a los damanhurianos: lo que es importante en la vida es «encontrar, no solo buscar». La espiritualidad, decía, está hecha de elecciones prácticas, basadas en principios que orientan nuestros comportamientos diarios. A menudo, añadía, las personas se pasan la vida explorando todas las diferentes filosofías, todas las religiones, visitando todas las comunidades espirituales y todos los ashrams, sin lograr decidir cual es la adecuada para ellos. De esta manera se pasan la vida en la búsqueda, pero sin ser capaces de encontrar el camino correcto, no llegan muy lejos.
Buscar es importante, por supuesto, y conocer diferentes religiones, filosofías, experiencias espirituales es fundamental para hacer elecciones que no sean superficiales, ni supersticiosas; pero hay que hacer una elección, concluía Falco, porque a través de la elección es como damos una dirección a nuestra vida, y viajamos a través de la experiencia.
La verdad, en la visión damanhuriana, es un cristal con mil caras; para conocer el contenido del cristal no es necesario contemplar todas las caras sino observar con atención una de ellas, poniendo nuestra atención en ella, con intención y pureza de espíritu. A través de ella, como si fuese una ventana abierta al conocimiento, podemos llegar al corazón del cristal.
Encontrar, dice Falco, requiere coraje. La búsqueda es sin duda ardua, porque requiere que estemos constantemente abiertos a visiones diferentes, pero encontrar es un acto preciso de voluntad que consagra nuestra salida de la adolescencia espiritual y nos hace entrar en la edad adulta. Encontrar significa decirse que un determinado camino es el correcto y que a él nos dedicaremos; a los otros les tendremos respeto, estudiaremos sus significados y seremos amigos de quienes lo practican, pero no representarán el camino a lo largo del cual buscaremos nuestro crecimiento.
Un camino cada vez
A veces los damahurianos se hacen la pregunta de si es posible ser damahurianos y cristianos al mismo tiempo, o bien damahurianos y sannyasis, etc. Desde el punto de vista de las enseñanzas de Falco esto no es posible, porque cada una de estas experiencias representa un camino espiritual y seguir un camino excluye a los demás. En Italia hay un proverbio, que se remonta a la época del Imperio romano, que dice «Todos los caminos conducen a Roma»; pues bien, esto significa que la meta es una, pero para alcanzarla solo se puede recorrer un camino cada vez, y esto también se aplica en el campo de la espiritualidad.
Todos los caminos espirituales – religiosos, iniciáticos, filosóficos, dogmáticos, laicos…. – son igualmente válidos, hermosos e importantes y merecen un profundo respeto. Escoger el que mejor se adapta a tu sentir puede ser laborioso, porque significa poner a los demás en un segundo plano. Pero esto, dice Falco, es lo que puede hacernos criaturas capaces de usar el libre albedrío, la libre elección, ya que saben que solo a través de la elección es posible respetarnos a nosotros mismos, a los demás y a la vida. Por esta razón, sus enseñanzas fomentan la elección, la decisión, la voluntad de «encontrar» sin limitarse a la búsqueda.
Actuar, escoger, encontrar
Damanhur es un camino espiritual que a menudo se encuentra con otros caminos, colabora en experiencias comunes y promueve la investigación ética como elemento de la vida: no es casualidad, por ejemplo, que Damanhur esté entre los grupos fundadores de Conacreis, una asociación que recoge experiencias de investigación espiritual laica y que tutela la libertad espiritual como patrimonio de toda la sociedad. Encontrar caminos diferentes significa también poder apreciar las elecciones de todos aquellos que han sido capaces de encontrar las suyas propias.
¿Cuántas veces, en tu trabajo, en tus relaciones, en tu meditación, te sucede que esperas la ocasión «adecuada», la que te parece perfecta para ti, y de este modo nunca eliges? Somos nosotros los que debemos escoger, no ser elegidos. La elección, dice Falco, es uno de los elementos de la acción y la acción es uno de los fundamentos de la espiritualidad. Actuar, elegir, encontrar, son pasos sucesivos en el camino del propio crecimiento: pongámonos en camino.
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