La historia de la Humanidad

Dic 18, 19 La historia de la Humanidad

VISIÓN ESPIRITUAL

 

 

La historia de la humanidad es mucho más larga que la que enseñan los historiadores.
Sabemos que la Tierra es antigua, tiene unos cuatro mil quinientos millones de años y que después de «sólo» quinientos millones de años – día más, día menos– las primeras moléculas comenzaron a duplicarse, iniciando el proceso que hoy llamamos vida.

La aparición del homo sapiens sigue estando fechada con gran imprecisión y, según las teorías, puede ir de  130.000 a 300.000 años. El paso de la prehistoria a la historia, que como todos sabemos coincide con la invención de la escritura, tiene lugar en el cuarto milenio antes de Cristo, entre cinco y seis mil años atrás.

Esto es lo que nos dice la historiografía, pero hoy pensamos que los acontecimientos de la humanidad en nuestro planeta comenzaron mucho antes, también en relación con la llegada a la Tierra de especies de mundos lejanos. Las teorías que hablan de esto son innumerables y, aunque no están respaldadas por evidencia científica, siguen una lógica consistente con muchos tratados mitológicos antiguos.

Infinitos misterios
El propio Falco Tarassaco ha dedicado parte de su enseñanza a trazar una nueva visión de la historia de la humanidad. Dice que la Tierra, hace unos dos millones de años, comenzó a recibir visitantes de imperios estelares lejanos, que habían descubierto que el planeta podía ser un punto estratégico importante.

La Tierra ya estaba habitada por razas humanas poco evolucionadas y, a partir de la unión entre ellas y los visitantes estelares, se desarrollaron algunas civilizaciones que hoy consideramos míticas –pensemos, entre todas, en la Atlántida– que están en la base de la humanidad que hoy conocemos. De hecho, la arqueología presenta muchos misterios aún sin resolver y a menudo plantea más preguntas que las que puede responder. Los grandes monumentos del pasado, como algunos artefactos encontrados en diferentes partes del planeta, están ahí para testificar que muchas, muchas cosas aún necesitan ser entendidas.

La pregunta que surge es: ¿por qué hay tan pocos signos explícitos de un pasado que debe haber sido muy rico y tecnológicamente avanzado? ¿Cómo es posible que el poema de Gilgamesh haya llegado hasta nosotros, por ejemplo, transmitido desde el mundo sumerio en tablillas de arcilla muy delicadas, y no haya evidencia de Lemuria o de la propia Atlántida, tan tecnológicamente avanzada?

Según muchos investigadores, las grandes potencias del pasado se destruyeron entre sí y esto explicaría por qué no queda casi nada de ellas, pero esto no explica por qué su memoria es tan confusa y distante.

Como nosotros cuando eramos niños
Pero todo encuentra una explicación espiritual cuando pensamos en nuestros recuerdos como niños. Preguntémonos qué recordamos de nuestra infancia, de los primeros días de nuestra historia personal: tal vez guardamos algunas sensaciones confusas, algunos colores, algunas impresiones pero nada más. Sin embargo, nuestra infancia existió y no habríamos estado aquí hoy sin ella.

Con toda probabilidad, la historia antigua de la humanidad cumple la misma función: representa nuestra infancia colectiva y por eso está protegida por un aura de misterio que tal vez nunca superaremos, como si no hubiera podido imponerse en la memoria joven de la especie humana porque en ese momento no estaba preparada para contener todas las experiencias.

Y así, la investigación en el campo de la historia oculta revela un doble valor: por un lado, puede ayudar a la conciencia colectiva a reconstruir los hilos del pasado que nos unen a todos, como la historia de los antepasados une a todos los miembros de un mismo pueblo. Por otro lado, puede inspirarnos a cada uno de nosotros en la búsqueda de nuestra propia historia personal escondida.

¿No te gustaría saber más sobre ti mismo, sobre la vida de tus días lejanos, cuando tu memoria aún no estaba preparada para contener tus gestos y emociones? Después de todo, cada uno de nosotros es como una civilización muy antigua que se desarrolló en un pasado del que tenemos pocos rastros pero que aún hoy nos guía. ¿Hay más misterios en las antiguas civilizaciones perdidas o en nuestra infancia? Quién sabe, si buscas en una dirección, no puedes hacer descubrimientos en la otra.

Stembecco Pesco

Información sobre el Curso «Antiguas Civilizaciones de la Humanidad«

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