El Dios que escribe el futuro

Jul 27, 20 El Dios que escribe el futuro

VISIÓN ESPIRITUAL

 

 

La cita divina con el mes de julio nos presenta a Fu Xi, el dios que representa un vínculo entre la historia y la mitología. según una tradición oriental que encontramos en enero de 2019 con Jimnu Tenno, considerado el fundador del imperio japonés y como tal divinizado. Fu Xi viene de China y es considerado uno de los tres soberanos más importantes de esa civilización en el período mítico que va desde la prehistoria hasta el comienzo del tercer milenio a. C. Los otros dos son Nüwa, su hermana y esposa, la primera diosa femenina de la mitología china, co-creadora de la humanidad y diosa de la música y Shennong, dios de la Llama, que introdujo las técnicas de la agricultura, la medicina y la acupuntura en China. Los tres emperadores/dioses son llamados «augustos», y de ellos descienden los emperadores de la dinastía Han.


Fu Xi puede tomar la forma de un dragón, o la de un hombre con cola de serpiente, a menudo entrelazada con la de Nüwa, para representar la unión alquímica y divina de lo masculino con lo femenino. Juntos crean la humanidad, y a menudo son representados con instrumentos de medición en sus manos, para indicar su tarea de diseñar los modelos de todas las cosas. Fu Xi es el primer héroe de la civilización china, dios de la pesca y de la caza, de la cría, del uso de los metales en la escritura, del calendario y de la adivinación. Fu Xi es el inventor de los Ocho Trigramas, que son la base de la caligrafía china y del Libro de las Mutaciones, o I Ching, una técnica de adivinación que aún hoy en día inspira a millones de personas, en su versión clásica, o como base de técnicas contemporáneas, como por ejemplo el sistema de Claves Genéticas. (Gene Keys).

En los Templos de la Humanidad y en el calendario damanhuriano, Fu Xi está representado mientras observa los trigramas del I Ching que ha trazado en un largo pergamino.

Fu Xi es el dios de la memoria preservada a través de la escritura, de los modelos ideales y de la medida de las cosas, de la armonía de la vida cotidiana gracias a las actividades que dona a su pueblo. Sobretodo, es el señor del tiempo y sus posibles direcciones, lo suficientemente generoso como para darnos para cada posible evento indicaciones sobre la mejor manera de afrontarlo, y comprender su significado. Un hexagrama elaborado en un momento dado coincide con aquel momento también en la esencia y no solo en el tiempo. El hexagrama es, por lo tanto, un indicador de la esencia del acontecimiento en el momento de su origen, conectado al todo a través de la ley de la sincronicidad. Tanto es así que, Karl Gustav Jung, en el desarrollo de su compleja teoría de la sincronicidad, estudió la técnica oracular del I Ching durante más de treinta años, utilizándola también como método de exploración del inconsciente. Proyectarse hacia adelante en el tiempo y comprender las conexiones entre todos los eventos es fundamental para dar sentido a la propia vida en el presente.

Hace dos siglos, el Presidente Abraham Lincoln dijo que «la mejor manera de prever el futuro es construirlo»: no sabemos si el estadista americano había estudiado a Fu Xi pero ciertamente representaba su pensamiento de una manera muy efectiva.

El mensaje de Fu Xi hoy en día es urgente, porque el futuro se materializa cada día más rápido, también a través de nuevas tecnologías que acortan el tiempo y la distancia. El futuro no sólo puede ser esperado sino que debe ser proyectado y guiado, para que traiga al planeta y a la humanidad una nueva armonía y una nueva conciencia no solamente retos peligrosos.

¿Qué podría hacer, en nuestro tiempo, el augusto chino capaz de prever y crear eventos? Fu Xi nos dice que el tiempo es importante y que debe ser interpretado y guiado, no simplemente dejar que se nos escape de las manos.
Necesitamos llenarlo de significado y proyectos, para hacer de nuestra vida una aventura hacia la sabiduría, la felicidad y la conciencia. Los deseos se realizan cuando están claros dentro de nosotros, definidos y se hacen realidad por la fuerza de la emoción que los impulsa hacia adelante. A través de nuestra intención y la capacidad de «sentir y ver» el tiempo, nuestras misiones y deseos personales y, aún más los de grupo, encontrarán su lugar en los designios divinos del universo. Al principio de su aventura, Fu Xi representó un puente entre el poder divino y el humano. Hoy en día, nos recuerda que cada uno de nosotros puede ser un puente entre las ideas y su realización, si sabemos cómo dirigir y unir nuestros pensamientos, emociones y el trabajo de nuestras manos.

Preguntémonos qué es lo que pedimos al futuro, qué respuesta querremos recibir de una adivinación y después adelantémosla, actuando con todas nuestras fuerzas para atraer su manifestación de las líneas de probabilidad que ya existen en nuestro futuro.Porque el futuro desea ser guiado, para que pueda dar sus mejores frutos.

 

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